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domingo, 4 de septiembre de 2016

Dios Nos Ayuda

Dios es  el único que nos ayuda en medio del  dolor  en la perdida de un ser querido. El es el único que puede comprender ese dolor porque El también perdió a su Hijo Jesús.
Dios es nuestro Consolador y nos lo dejó por medio del Espíritu Santo. Por eso Cuando estamos sufriendo nuestro Padre se interesa por nuestro dolor. Y nos envía consuelo, paz y alivio.
Por qué Dios  permite el dolor? Nunca entenderemos el porqué  Dios lo permite. Entonces ¿cómo consuela a una madre que por años disfrutó de su hijo y ahora no lo ve más? ¿Cómo llenas una habitación que ha quedado repleta de recuerdos como fotos, ropa, juguetes y cosas que te recuerdan ese hijo amado?  Solo Dios puede ser nuestra ayuda en medio de la pérdida. El es El único que nos puede llenar de la paz que sobrepasa todo entendimiento.
Si tu estás atravesando por esta situación y has pensado por esta situación y has perdido un ser querido recuerda que Dios  es tu ayudador. El te Ama y te consuela en medio del Dolor

martes, 9 de agosto de 2016

Tus Triunfos están en Dios

El primer versículo que aprendí cuando conocí a Jesús fue:  "Deleítate en el Señor". Como todo lo nuevo, me tomé un tiempo para entender lo profundas que eran estas palabras.  Este ha sido un versículo que me ha seguido durante los últimos años.

Luego un día entendí que deleitarme en el Señor era estar siempre en el gozo de Dios, Feliz ante su presencia y sirviéndole a Él.  Desde entonces,  en mis oraciones ha estado presente que la clave es amar a mi Dios con todo el corazón, servirle con lo mejor que tengo, gozarme, gozarme en su amor  sin importar las situaciones por las que esté pasando y tener siempre la esperanza de que mi vida era para servirle y trabajar para Él. Así  que ahora estoy segura de que eso me da una enorme recompensa.   No sé cuándo ni cómo, pero Dios me concederá los deseos de mi corazón, ya que esa es la promesa de la segunda parte del versículo " y Él te concederá los deseos de tu corazón.  

Por eso  quiero que hoy, cuando estamos como familia llevando este libro cada día, tú puedes comprendas  comprender y aplicarlo a tu vida.  CLAUDIA PINSON

lunes, 4 de julio de 2016

Reconciliate con Dios


Como seres humanos es muy común que cuando una relación no da resultado, ni nos llena, la dejamos. 
Rompemos con ella y tratamos de olvidarnos para siempre de esa persona que nos ofendió o nos abandonó. 

Aun así, he escuchado a través de la vida en Cristo que muchas personas  se pelean con Dios por diferentes  razones. Quizá perdieran un ser querido y culparan a Dios o porque tuvieron una petición especial y Dios no la concedió o a lo mejor sufrieron una amarga experiencia en una iglesias ole fallo un lider en el que depositaron toda la confianza.
Entonces prefieren cortar toda relación con Dios.

¿Sabes ? Es Un atrevimiento enojarse con quien te dio la vida, debemos entender que a Dios le interesa nuestra felicidad y que no se goza con nuestro dolor y sufrimiento.

Quizá muchas veces antes de tomar decisiones equivocadas. Él nos alertara de  varias maneras y no lo escuchamos. A pesar de eso, si fallamos, recuerda que Él no te falla.  Él no es un Dios cambiante. Él permanece para siempre. si estás enojado  con Dios , hoy es el día de tu reconciliación  con Él.  
Pídele perdón de todo corazón por haberle juzgado, por haberte alejado, y verás que Él, como un Dios Padre  misericordioso, te recibe  una vez más en sus brazos. 

Inspiraciones diarias " Claudia Pinzón "

domingo, 28 de junio de 2015

¿ Cual es la medida de nuestra alabanza?


¿ Cuál se supone que debe ser? La respuesta es simple : la medida de nuestro amor a Dios. Tu lo alabas en la medida en que lo amas. El que alaba poco a Dios es porque lo ama poco . ¿Y cómo debemos amar a Dios ?  Las Sagradas Escrituras lo dicen claramente: con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todas tus fuerzas.  Así debes alabar a Dios, porque así es como lo tienes que amar pues el amor es la medida de la alabanza. 

Con todo el corazón:  El gran experto en el tema promete.  Quiero alabarte, Señor,  con todo el corazón (Salmo 9:1a).  Podríamos complementar  la idea así:  Te alabaré, oh Dios, con todo mi corazón, porque te amo con todo mi corazón. Mi corazón que está lleno de tu amor, está lleno de mi alabanza a ti.

Con toda tu alma:  sigamos mirando las inteligentes lecciones del salterio   Alaba alma mía, al Señor
( Salmo 146:1b).

Con toda tu mente: La parte psíquica: mente, emisiones y voluntad, tiene que estar involucrada profundamente en este asunto.    Siete veces al día por tus rectos juicios ( Salmo 119:164), ¿que está  diciendo el rey David?  No canten como Cotorras, no alaben como quien puso un CD o un audiocasete en un aparato, mecánicamente.  Yo entiendo lo que canto.  Yo razono lo que Alabo.  Lo hago porque entiendo con mi mente que los juicios de Dios son rectos. Como quien dice canto y alabo con mi inteligencia. 

Con toadas tus fuerzas:  Cuando ha regresado Nehemías para restablecer la ciudad,  reconstruir el muro y restaurar parte del templo, encuentra que la gente se ha alejado de la ley de Dios; ordena volver a las Escrituras y después de que el pueblo se ha puesto otra vez en orden, da instrucciones precisas para que lleven un vida sana y correcta es decir agradable a Dios.

martes, 19 de junio de 2012

Rechazar la ofensa

Si usted ve que está cayendo en el fracaso o el pecado, examine el amor en su vida. Siéntese con el Señor y pídale que le muestre si existe disputa con alguien o si se siente ofendido por alguien. Si lo está, el diablo puede entrar y hacerle tropezar.
Marcos 4:17 nos dice que el diablo usa esa clase de ofensas para robarnos la Palabra de nuestro corazón. El diablo hace que nos disgustemos los unos con los otros, y eso le da la oportunidad para quitarnos el tapón y dejar salir la Palabra de Dios como el agua cuando se deja correr.
No permita que esto le suceda a usted. Si oye a un predicador o a un creyente decir algo contrario a lo que usted cree y se siente ofendido, diga: "No, tú no me vas a robar la Palabra, diablo mentiroso". Luego, arrodíllese y arrepiéntase delante de Dios. Escudriñe la Palabra y escuche al Espíritu y pídale entendimiento para saber lo que debe hacer. Si todavía cree que esa persona hizo mal, ore por ella.
Recuerde, sentirse ofendido nunca proviene de Dios. Él dice que debemos estar arraigados y cimentados en amor. Así que, deje de sentirse ofendido, rechace ese sentimiento. Dese a esa persona en amor y oración, y podrá salir airoso de esa situación sin caer en el pecado
 
 

martes, 28 de febrero de 2012

Recuerda quién eres

He visto las veces en que te has sentido solo . . . abandonado . . . sin esperanza, y quiero recordarte quién eres realmente. Permite que mi Espíritu Santo toque tu espíritu y te confirme quién eres verdaderamente. Yo soy tu Padre, ¡y tú eres mi hijo!

¡Hay una herencia increíble esperándote! Mi propio Hijo querido dio su vida para que tú vivieras. Has sido creado de nuevo y revestido de mi propia justicia. Te he dado vida eterna por medio de mi Hijo. Te creé para hacer buenas obras y te di mi promesa de que todo lo puedes por medio del poder de mi Hijo, que te fortalece. Tienes mi mente; tu vida está escondida en mí, y como mi Hijo vive en ti, has sido lleno con la esperanza de compartir mi gloria. Por medio de la obra de mi Hijo, todas tus necesidades serán suplidas. ¡Tú eres mío!

El Espíritu de Dios se une a nuestro espíritu, y nos asegura que somos hijos de Dios. Y como somos sus hijos, tenemos derecho a todo lo bueno que él ha preparado para nosotros. Todo eso lo compartiremos con Cristo. Y si de alguna manera sufrimos como él sufrió, seguramente también compartiremos con él la honra que recibirá.

Romanos 8:16-17

Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.
2 Corintios 2:14

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
Efesios 1:3

Declaración en oración

Padre, me diste tu Espíritu para hacerme sabio y para ayudarme a entender lo que significa conocerte. Tu luz inunda mi corazón con la esperanza de las gloriosas bendiciones y el maravilloso poder que tienes para mí.

John Eckhardt. 
 

miércoles, 5 de enero de 2011

Sin casa y con Hambre

Una pequeña historia que nos dirije a reflexionar sobre que es realmente el amor y cual debería ser nuestro rol hacia quienes nos rodean. 

“Sin casa y con hambre.” Escritas sobre cartón con un lápiz de cera, las palabras le llaman la atención aun antes de detenerse ante el semáforo en un cruce de calles de mucho tránsito. Y no puede dejar de ver al hombre a la orilla de la calle junto a su ventanilla, pareciendo apuntar su cartel y fijar su mirada directamente en usted. Su vieja y gastada camisa le queda chica. Los pantalones harapientos están sucios. Su cabello grasoso se ve descuidado, y su rostro curtido tiene una barba de varios días. Sus ojos, que trata usted de esquivar, parecen vacíos por tantas privaciones y dejadez. Sí, realmente parece un hombre sin casa y con hambre. 

Su mente instantáneamente se llena de la acostumbrada letanía de reacciones, como si una comisión de consejeros interiores, todos al mismo tiempo, le estuvieran gritando sugerencias. Y con cada pensamiento surge una protesta del otro lado de su cerebro diciéndole por qué no debe hacer caso de la sugerencia. 

Haz una obra de amor. Dale al pobre hombre esos pesos que tienes en tu billetera. No, no le des dinero. Lo que probablemente haría sería irse derecho a comprar una bebida alcohólica. Es un pordiosero borracho tratando de engañar a la gente con su parodia de hombre sin casa y con hambre. Tu dinero será de más ayuda si se lo das al Ejército de Salvación u otra organización así que cuida de los necesitados. 

Ofrécete a llevarlo a comer o al mercado para comprarle comida. Eso es demasiado peligroso. Puede ser que esté esperando justamente a un inocentón como tú para robarlo. Además, hoy estás muy ocupado, no tienes tiempo para obras de caridad. Aparte de eso, te ensuciaría la tapicería de tu auto con su ropa sucia. 

Dale un tratado y cuéntale de Cristo. ¿Estás loco? Lo que menos está pensando este tipo es en religión. Si realmente no tiene casa y tiene hambre, necesita algo para comer y en ese aspecto no puedes ayudarle. Si está mendigando dinero para comprar una bebida o drogas, no debes ayudarle. Sea como fuere, no está interesado en un sermón callejero sobre el cielo y el infierno. 

Lo humanitario sería confrontarlo con su pereza. Decirle que se consiga un trabajo y se encargue de su propio sustento. Pero quizá no es perezoso. Quizá es un buen obrero que no encuentra trabajo. Si lo confrontas injustamente, puede que empeores una situación que ya de por sí es mala, ¿y qué tendría de humanitario esto? 

Después de unos segundos —que a usted le parecieron media hora— la luz se pone verde y sigue su camino. Antes de haber andado dos cuadras, sus pensamientos se concentran en su ocupadísimo horario como si nunca hubiera visto el triste espectáculo del pobre hombre con su cartel. 

Queremos llevarnos bien 

Quizá la escena anterior no describe exactamente tu experiencia personal, pero es posible que te identifiques con algunos de los elementos en una de ellas o todas. 

Aun cuando todo marcha sobre ruedas, la vida parece ser una serie sin fin de situaciones desafiantes, presiones personales, pequeñas crisis y decisiones difíciles. Y todas estas disyuntivas involucran de alguna manera a otras personas. La realidad es que las relaciones son el motivo principal de muchas de nuestras tensiones y conflictos.

Una clave vital del manual 

Menos mal que Dios no nos diseñó para un ministerio persona-a-persona dejándonos luego sin ninguna indicación de cómo realizarlo. En su Palabra —el “manual del fabricante” sobre cómo hemos de llevar a cabo en el mundo el propósito para el cual fuimos creados— Dios ha provisto la llave maestra para relacionarnos con él y llevarnos bien con gente de todo tipo. 

La clave es el amor, y Dios escribió el libro sobre el amor. Literalmente. De tapa a tapa, la Biblia demuestra el amor de Dios por su creación humana; nos invita a tener la experiencia del amor de Dios personalmente por medio de su Hijo Amado, Jesús; nos ordena practicar el amor en todos los niveles de nuestras relaciones —humanas y divina— y nos da instrucciones y ejemplos para la práctica cotidiana del amor ético cristiano en nuestras relaciones. 

Amar es colaborar con el diseño singular de Dios para su creación humana y palpar la plenitud que resulta de vivir en los caminos de Dios. 

No amar es no cumplir el propósito de nuestra existencia y sentir mayormente frustración y dolor en nuestros contactos con nuestros semejantes.
Josh McDowell



¿Cómo puedo Arreglar todo con Dios?

  🔹 Introducción En la vida, a menudo enfrentamos momentos en los que sentimos que nos hemos alejado de Dios. Tal vez hemos tomado decisio...