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martes, 19 de junio de 2012

Rechazar la ofensa

Si usted ve que está cayendo en el fracaso o el pecado, examine el amor en su vida. Siéntese con el Señor y pídale que le muestre si existe disputa con alguien o si se siente ofendido por alguien. Si lo está, el diablo puede entrar y hacerle tropezar.
Marcos 4:17 nos dice que el diablo usa esa clase de ofensas para robarnos la Palabra de nuestro corazón. El diablo hace que nos disgustemos los unos con los otros, y eso le da la oportunidad para quitarnos el tapón y dejar salir la Palabra de Dios como el agua cuando se deja correr.
No permita que esto le suceda a usted. Si oye a un predicador o a un creyente decir algo contrario a lo que usted cree y se siente ofendido, diga: "No, tú no me vas a robar la Palabra, diablo mentiroso". Luego, arrodíllese y arrepiéntase delante de Dios. Escudriñe la Palabra y escuche al Espíritu y pídale entendimiento para saber lo que debe hacer. Si todavía cree que esa persona hizo mal, ore por ella.
Recuerde, sentirse ofendido nunca proviene de Dios. Él dice que debemos estar arraigados y cimentados en amor. Así que, deje de sentirse ofendido, rechace ese sentimiento. Dese a esa persona en amor y oración, y podrá salir airoso de esa situación sin caer en el pecado
 
 

martes, 15 de noviembre de 2011

Todo lo de Dios viene en aumento para su vida

“Pues donde tengan ustedes su tesoro, allí estará también su corazon.”
Lucas 12:34

Hoy quiero mostrarle cómo es que todo lo de Dios viene en aumento para su vida. Lo vemos en el ejemplo de Zaqueo.  Dice la escritura que desde un árbol lo atrajo a Jesús.  Él tuvo una actitud que superó algo y demostró que tenía interés.  Entonces hubo alguien que lo vio.  Jesús estaba con la multitud pero lo vio, y le dijo que descendiera porque le era necesario ir a su casa.  En ese tiempo los recolectores de impuestos eran considerados personas desagradables, pero Jesús lo vio y quiso ir a su casa.
Zaqueo, no prestó atención a lo que decía la gente, sino que sembró semillas y las semillas tienen poder.  Luego de conocer personalmente a Jesús, Zaqueo prometió que iba a dar la mitad de sus bienes a los pobres y que le iba a pagar cuadruplicado a los que les debía algo.  Lo primero que hizo fue abrir sus manos para dar. Y enseguida, apareció la intervención de Jesús quien le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a tu casa.”  

La palabra salvación significa cosas importantes como salud, liberación, prosperidad, preservación, seguridad. Todo esto son cosas que no se pueden comprar con nada.  Salvación también significa que su nombre está escrito en el libro de la vida, que usted es un hijo de Dios.  Jesús no le dijo que la salvación era sólo para su vida, sino para su casa, para su familia también.  

La semilla es la oportunidad para crear su futuro.  ¿Qué hizo Zaqueo?  Decidió dónde poner su tesoro.  Porque dijo Jesús que donde está su tesoro, allí está su corazón.  Usted es sabio porque sabe que Dios no puede ser burlado y elige cada vez mejor la semilla para preparar la cosecha que va a venir,
cosecha en trabajos y negocios de excelencia.  Donde se presenta una oportunidad de sembrar la semilla, sea espiritual, emocional o financiera, seleccione semillas que van de acuerdo con Dios y su Palabra, y prepare el corazón para recibir la cosecha de bendición.

 Mas reflexiones para nuestra alma
clic al siguiente enlace:

http://ity.im/0pJMo

lunes, 4 de octubre de 2010

Un Corazón Dispuestos


El asunto principal en la vida del creyente debe ser la condición de su corazón.

Nuestro Dios es el Dios de los corazones. Él no se fija en lo exterior del hombre o en lo que hace una persona. El hombre juzga según la razón, pero Dios juzga según el corazón. Dios usará con más facilidad a una persona con unos cuantos problemas, pero con un corazón recto que a una persona que aparenta estar bien y tiene un corazón malo. 
Para ser usados por Dios necesitamos tener un corazón dispuesto. Éxodo 25:1, 2 dice: "El Señor habló con Moisés, y le dijo: Ordénales a los israelitas que me traigan una ofrenda. La deben presentar todos los que sientan deseo de traérmela." 

A través de los años, he tenido que superar muchas experiencias negativas. Sí, tenía un llamado de Dios, pero en conjunto tuve que tener mucho el "deseo" de hacer las cosas. Tras observar a las personas y a mí mismo, he llegado a la conclusión de que si tenemos suficientes ganas de hacer algo, casi siempre buscamos la manera de llevarlo a cabo. 

Eso de "desear" es algo poderoso, ya que con ello logramos mantener limpia la casa, ahorrar dinero, pagar las deudas y alcanzar cualquier meta que nos propongamos. No nos gusta reconocer que la razón principal de nuestro fracaso o éxito depende de cuanto empeño ponemos en alcanzarlo. Nos gusta echarle la culpa a cualquier persona o situación, pero creo que sería bueno sentarnos a calcular cuanto "deseo" tenemos. Es preciso ser sinceros y decir: "Señor, no gané la victoria porque en realidad no la deseé suficiente. No oré ni leí la Biblia porque no quería. No pasé tiempo meditando sobre tu Palabra y hablando contigo porque no tenía ganas, no quería. Pasé toda la noche viendo la televisión porque quería". 
No tienen nada de malo el descanso y la diversión, siempre y cuando estén bien nuestras prioridades. Culpamos al diablo, a otras personas, al pasado y la lista sigue, pero muchas veces la verdad es que nos faltó el "deseo". Si tú y yo queremos servir a Dios, es necesario tener un corazón dispuesto, ya que a Él no le interesan nuestras buenas obras si no las hacemos de corazón. 

Años  atrás  Dios tuvo que tratar conmigo a causa de la inseguridad. Vivía bajo la duda  hacía todas las cosas indicadas sólo porque temía que Dios se enojaría conmigo de no hacerlas. 
En muchas ocasiones oré porque me sentía obligado, pero mi corazón no estaba allí. Leía la Palabra de Dios, mas por obligación  porque así lograba sentir que había cumplido. 

No desprecio la disciplina, pero aun así, debemos hacerlo porque queremos, no porque tenemos que hacerlo. Nos vemos obligados a disciplinar la carne para hacer lo que nuestro corazón desea, ya que la carne siempre está en conflicto con el Espíritu. No siempre sentimos hacer lo que hacemos, pero no es necesario sentir hacerlo, sólo desear hacerlo. Quizá tengamos que orar en ocasiones de esta manera: "Señor, dame disposición para estar dispuesto--¡porque en este momento no tengo disposición!". 

Él examinará la actitud de nuestro corazón: "Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones, y amas la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas y he visto con júbilo  que tu pueblo, aquí presente, te ha traído  sus ofrendas. “  (1 Crónicas 29:17).

Estoy convencida que el asunto principal en la vida del creyente debe ser la actitud o condición de su corazón. No importa lo que mostremos por fuera; la verdad que se encuentra dentro de nosotros es lo que no podemos esconder de Dios, eso es lo que a Él le importa.

Me gustaría  que me dejaras un comentario ¿Que opinas de este articulo?
¿Cuales son tus inquietudes ?

¿Cómo puedo Arreglar todo con Dios?

  🔹 Introducción En la vida, a menudo enfrentamos momentos en los que sentimos que nos hemos alejado de Dios. Tal vez hemos tomado decisio...