miércoles, 8 de diciembre de 2010

¿Cuál es su alimento?


“La palabra está muy cerca de ti; la tienes en tu boca y en el corazón, para que la obedezcas.”
Deuteronomio 30:14
Lo invito a hacer un recorrido por un día en sus hábitos diarios. Piense: usted se levanta por la mañana, luego va a desayunar. Piense qué come, qué bebe. Qué cosas son las que más le gustan, qué cosas le gustan pero que debería dejar de consumir porque no le son del todo buenas para su organismo. Piense ahora en el almuerzo. Qué come. ¿Y en la merienda? ¿Qué cena? Usted sabe que los profesionales dicen que debemos tener por lo menos cuatro comidas diarias y eso se consigue adquiriéndolo como un hábito diario. Por eso cuando un bebé comienza a comer se le va dando de a poco. Se va habituando su organismo a los distintos tipos de comida. Bueno, de la misma manera debemos ir adquiriendo el hábito diario de tener un tiempo en intimidad con el Señor y de leer la Palabra. Porque el alimento que recibe a diario es lo que determina su bienestar.
Hay gente que no tiene comunión con Dios y no deja sus ansiedades en el Señor, entonces la semana que viene está más aplastado que hoy. Cuando está leyendo esa Palabra que recibe, examine si la conoce  y si la está viviendo.  Saber no es el tema, porque somos todos “maestros”, lo que importa es lo que usted transmite y lo que establece en las personas.  Si anda bien con la palabra de verdad es imposible que no le vaya bien en todas las cosas.  Esa palabra en la cual medita a diario irá renovando su mente y lo ayudará a sacar todo lo que no tiene que ver con ella en su vida. Quizás todavía usted se esté alimentando con cosas que no son de la verdad. Lo que está operando en su interior se va a reflejar en el exterior.  El cielo tiene que venir a la tierra y manifestarse en su alrededor.  Todo lo de Dios tiene que funcionar en su vida y verá el río del Espíritu Santo.
Por eso comiencé haciéndolo pensar en sus hábitos diarios de alimentación. Porque así como en lo físico, es muy importante el alimento diario que recibe en su espíritu. Y como cristiano su único alimento debe ser la Palabra de Dios. Ella lo fortalecerá y le dará el poder para salir en victoria cada día.
Usted podrá ver qué decisión va a tomar, porque las fortalezas las derriba con la Palabra, toda fortaleza que es en contra de la Palabra la podrá derribar.  Dios le dio una voluntad para que se decida a alimentarse con la Palabra y a ponerla en práctica. Él hace todo nuevo. 
Dios lo bendiga 
Juan Guillermo Ruiz 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Una y Otra Vez

1 Juan 2:7-17 ¿Que encuentras alentador en la vieja noticia de que la oscuridad está desapareciendo y que la luz está brillando? ¿Es...