miércoles, 5 de enero de 2011

Sin casa y con Hambre

Una pequeña historia que nos dirije a reflexionar sobre que es realmente el amor y cual debería ser nuestro rol hacia quienes nos rodean. 

“Sin casa y con hambre.” Escritas sobre cartón con un lápiz de cera, las palabras le llaman la atención aun antes de detenerse ante el semáforo en un cruce de calles de mucho tránsito. Y no puede dejar de ver al hombre a la orilla de la calle junto a su ventanilla, pareciendo apuntar su cartel y fijar su mirada directamente en usted. Su vieja y gastada camisa le queda chica. Los pantalones harapientos están sucios. Su cabello grasoso se ve descuidado, y su rostro curtido tiene una barba de varios días. Sus ojos, que trata usted de esquivar, parecen vacíos por tantas privaciones y dejadez. Sí, realmente parece un hombre sin casa y con hambre. 

Su mente instantáneamente se llena de la acostumbrada letanía de reacciones, como si una comisión de consejeros interiores, todos al mismo tiempo, le estuvieran gritando sugerencias. Y con cada pensamiento surge una protesta del otro lado de su cerebro diciéndole por qué no debe hacer caso de la sugerencia. 

Haz una obra de amor. Dale al pobre hombre esos pesos que tienes en tu billetera. No, no le des dinero. Lo que probablemente haría sería irse derecho a comprar una bebida alcohólica. Es un pordiosero borracho tratando de engañar a la gente con su parodia de hombre sin casa y con hambre. Tu dinero será de más ayuda si se lo das al Ejército de Salvación u otra organización así que cuida de los necesitados. 

Ofrécete a llevarlo a comer o al mercado para comprarle comida. Eso es demasiado peligroso. Puede ser que esté esperando justamente a un inocentón como tú para robarlo. Además, hoy estás muy ocupado, no tienes tiempo para obras de caridad. Aparte de eso, te ensuciaría la tapicería de tu auto con su ropa sucia. 

Dale un tratado y cuéntale de Cristo. ¿Estás loco? Lo que menos está pensando este tipo es en religión. Si realmente no tiene casa y tiene hambre, necesita algo para comer y en ese aspecto no puedes ayudarle. Si está mendigando dinero para comprar una bebida o drogas, no debes ayudarle. Sea como fuere, no está interesado en un sermón callejero sobre el cielo y el infierno. 

Lo humanitario sería confrontarlo con su pereza. Decirle que se consiga un trabajo y se encargue de su propio sustento. Pero quizá no es perezoso. Quizá es un buen obrero que no encuentra trabajo. Si lo confrontas injustamente, puede que empeores una situación que ya de por sí es mala, ¿y qué tendría de humanitario esto? 

Después de unos segundos —que a usted le parecieron media hora— la luz se pone verde y sigue su camino. Antes de haber andado dos cuadras, sus pensamientos se concentran en su ocupadísimo horario como si nunca hubiera visto el triste espectáculo del pobre hombre con su cartel. 

Queremos llevarnos bien 

Quizá la escena anterior no describe exactamente tu experiencia personal, pero es posible que te identifiques con algunos de los elementos en una de ellas o todas. 

Aun cuando todo marcha sobre ruedas, la vida parece ser una serie sin fin de situaciones desafiantes, presiones personales, pequeñas crisis y decisiones difíciles. Y todas estas disyuntivas involucran de alguna manera a otras personas. La realidad es que las relaciones son el motivo principal de muchas de nuestras tensiones y conflictos.

Una clave vital del manual 

Menos mal que Dios no nos diseñó para un ministerio persona-a-persona dejándonos luego sin ninguna indicación de cómo realizarlo. En su Palabra —el “manual del fabricante” sobre cómo hemos de llevar a cabo en el mundo el propósito para el cual fuimos creados— Dios ha provisto la llave maestra para relacionarnos con él y llevarnos bien con gente de todo tipo. 

La clave es el amor, y Dios escribió el libro sobre el amor. Literalmente. De tapa a tapa, la Biblia demuestra el amor de Dios por su creación humana; nos invita a tener la experiencia del amor de Dios personalmente por medio de su Hijo Amado, Jesús; nos ordena practicar el amor en todos los niveles de nuestras relaciones —humanas y divina— y nos da instrucciones y ejemplos para la práctica cotidiana del amor ético cristiano en nuestras relaciones. 

Amar es colaborar con el diseño singular de Dios para su creación humana y palpar la plenitud que resulta de vivir en los caminos de Dios. 

No amar es no cumplir el propósito de nuestra existencia y sentir mayormente frustración y dolor en nuestros contactos con nuestros semejantes.
Josh McDowell



lunes, 3 de enero de 2011

¿Casualidad o consecuencia?


“La Corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres.”
Proverbios 17:6
Llegar a viejo rodeado de nietos y con el respeto y el amor de los hijos es una bendición de Dios. Pero como toda bendición, viene como consecuencia del accionar en la Palabra de Dios. El aprecio de los hijos no es una cuestión de suerte, es el resultado de un trabajo que se ha hecho durante años, sembrando amor y respeto en sus propias vidas.
Es muy doloroso llegar a anciano y querer ver a los hijos y que ellos no tengan tiempo para usted. Pero sabe qué es lo más triste de todo, que usted puede haber sido el que les enseñó eso. Trabajar para sostener y proveer a la familia debe incluir también el tiempo para compartir con los suyos e instruirlos en la Palabra.
Todos necesitamos ser apreciados, escuchados y respetados, y esto se aprende en el círculo familiar. Si usted no tiene tiempo para escuchar a sus hijos, usted les está diciendo que hay cosas más importantes que ellos que requieren su atención. Ellos aprenderán ese estilo de vida y no sólo no lo respetarán a usted; sino que trasladarán esta herencia de maldición sobre sus nietos.
¿Ve por qué es importante cuidar lo que Dios le dio? Ellos serán su corona o su vergüenza de acuerdo a lo que usted haya sembrado en sus vidas.
Esta puede ser una palabra que no sea grata de escuchar pero es un alerta para detenerlo si va en esa dirección. Pare y rectifique su rumbo, invierta tiempo con ellos, escúchelos, guíelos. Y si usted está padeciendo estas consecuencias, no está todo perdido, Dios tiene una salida para usted. Ore para que sus hijos conozcan al Señor, Él tocará sus corazones y habrá un nuevo comienzo.
Dios Lo Bendiga 
Juan Guillermo 

viernes, 31 de diciembre de 2010

Tomando el camino correcto


“Dios es el que me ciñe de poder, Y quien hace perfecto mi camino”
Salmo 18:32
Dios ya lo ayudó para salir de donde estaba a través del Espíritu Santo y la Palabra, para que se pare arriba de una roca firme y fuerte, tenga un cántico nuevo en su boca y todo lo que haga prospere. Ese es el camino que Dios tiene preparado par usted, ese es su destino. Por eso es muy importante la educación espiritual que usted recibe. Mire que poderosa que es que a veces, aunque usted se encuentre en la vida con algo preparado por Satanás en contra de su vida, lo ayudará a salir adelante porque el que vive dentro suyo es mayor que el enemigo.  El maligno no lo puede tocar porque está escrito en la Palabra de Dios y usted tiene autoridad para echar afuera al enemigo. Dios le dio autoridad, gobierno y dominio. Por eso cuando usted toma el camino correcto de obedecer la Palabra de Dios,  tendrá la sabiduría para resolver situaciones. 
Estamos en el proceso para ser perfeccionados y conformados a la imagen de Jesucristo.  Esa transformación viene por causa de aceptar la Palabra, renovar la mente y el entendimiento e ir cambiando nuestro sistema de creencia confundido, equivocado y temeroso por el que nos da la Palabra de Dios. Lo que quiere Dios es amar a la gente a través de su vida y algunas de esas personas son enemigos suyos y usted tendrá que aceptar ese desafío. Si está en el camino de Dios, en su escuela, tendrá que egresar.  Para eso vino el Señor para que haya paz en su vida, en su hogar y bendiciones en cada área de su vida. Y a medida que usted vaya avanzando en este camino, tendrá que ir tomando decisiones que serán muy importantes para su futuro. Lo que usted hace hoy, determinará lo que vivirá mañana.
Le recuerdo: Es muy importante que sea sabio en elegir el camino correcto. Y usted conoce que ese camino es el que Dios le muestra a través de su Palabra. Sígala, camine en ella cada día y tendrá un mañana glorioso, lleno de bendiciones y dejará una generación poderosa sobre la tierra.
Dios lo  bendiga y un feliz Año 
Juan Guillermo Ruiz 

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Confía en Dios

Dios está interesado, no en el problema, sino en que nos enfoquemos en Él.
Uno de los salmos más conocidos en la Biblia es el Salmo 91. "El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré” (vv. 1-2). 
Dios no promete un mundo libre de peligro, pero sí promete su ayuda cada vez que nos enfrentemos al peligro. Jesús lo dijo: "En este mundo afrontarán  aflicciones, pero anímense, Yo he vencido al mundo" (Juan 16:33). La vida puede traernos muchos sinsabores, pero no podemos perder nuestro enfoque de Aquel que es mucho más grande que nuestro problema. Por nuestra naturaleza humana somos muy dados a afligirnos, intimidarnos o preocuparnos cuando llegan las situaciones difíciles a nuestra vida. 


Cuando la situación social, política o económica del país va en decadencia, cuando vemos que el dinero no nos alcanza, cuando el matrimonio está al borde del divorcio, cuando nuestros hijos se desvían de los principios morales y cristianos, cuando la muerte toca a la puerta o cuando la enfermedad llega sorpresivamente. Todas esas son situaciones que pueden darse y estremecer a cualquier ser humano, aún al más fuerte. Pero Dios, en su inmensa misericordia y gracia nos ha dicho en su Palabra: confiad. Confianza significa la "esperanza o seguridad firmes que se tienen en algo". Y las palabras esperanza y firmeza son unas muy usadas en la Biblia.
Cuando Moisés sacó al pueblo de Dios de la esclavitud de Egipto, y los guió por el desierto, en un momento fueron amendrentados porque eran perseguidos por el ejército del Faraón. Moisés anima al pueblo con estas palabras: "No temáis; estad firmes y ved la salvación que Jehová os dará hoy, porque los egipcios que hoy habéis visto, no los volveréis a ver nunca más" (Éxodo 14:13, énfasis añadido). No tenían que tener miedo, porque Dios era el que los salvaría. Y les hizo saber de antemano que jamás volverían a ver su opresor. Dios declara una palabra de esperanza cuando las circunstancias a su alrededor decían todo lo contrario. Así es Dios.

En otra ocasión, el rey Josafat se enfrentaba a unos poderosos y cuantiosos enemigos. Aunque atemorizado, Josafat se refugió en Dios, quien le dio la victoria (ver 2 Crónicas 20). Lo más impresionante es que Josafat cobró ánimo y se fortaleció al recordar todas las victorias pasadas en las cuales Dios intervino, así como de las promesas que Dios le había hecho a su pueblo. Y ante tal fe, Dios responde con una declaración poderosa: "No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios" (v. 15, énfasis añadido). Dios les da las estrategias para una batalla en la cual ellos no tendrían que luchar. El pueblo alabó y glorificó el nombre de Dios, mientras los enemigos se mataron los unos a los otros. Sucedió tal y como Dios les había dicho.

Si seguimos buscando en la Biblia, encontraremos muchas otras historias similares. Esto nos dice que Dios está interesado, no en el problema, sino en que nos enfoquemos en Él. Que tengamos confianza en que si ya Él lo hizo antes, lo seguirá haciendo una y otra vez. Jesús nos afirmó que Él estaría con nosotros hasta el fin (ver Mateo 28:20). Y nuestro Dios es fiel para cumplir TODO lo que Él ha prometido. Como lo declara Hebreos 10:23: "Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió".

Nuestra esperanza está en Dios, en el Único que puede tener el control de nuestra vida. Nuestra confianza debe estar puesta en el Dios que nos creó y que ha prometido estar con nosotros hasta el fin. Por eso, cobra ánimo y confía en Aquel que tiene el poder para cumplir lo que promete. Siempre ha sido un vencedor, y nosotros en Él somos más que vencedores. No importa cuán fuerte sea la tempestad, confía en Él y Él hará.


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Juan Guillermo Ruiz 

lunes, 27 de diciembre de 2010

Operando cambios



“No se amolden al mundo  actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así Podrán  comprobar cuál es la voluntad de Dios, Buena, agradable y perfecta.”
Romanos 12:2
Cuando venimos a Cristo somos renovados y empezamos una nueva vida. Entonces, comenzamos a caminar en los planes de Dios y es ahí cuando nos damos cuenta -nos revela el Espíritu Santo-, que tenemos que realizar algunos cambios.
Ahora vea que ese proceso de cambios comienza con la renovación de la mente. Para ello hay que despojarse de algunas cosas negativas y reemplazarlas por otras. Recuerde que cuando su vida interior cambia, todo a su alrededor cambia. Todos tenemos el poder para cambiar. Porque si recibimos la Palabra, la ponemos por obra y hacemos los cambios necesarios a través de ella estaremos viviendo en la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.
Recuerde siempre esto: El cambio comienza con usted renovando su mente.
Usted tiene la oportunidad de operar cambios en la dirección correcta. Mírese y analice para ver qué pensamientos incorrectos hay en su mente. Pensamientos de orgullo, de pobreza, de fracaso. Cambie su manera de pensar y confórmese a la manera de Dios.
Cada pensamiento que usted haga pasar a su mente se transformará en una creencia y la creencia será la que cree las expectativas de lo que ha de venir en su vida. Si están basadas en la palabra de Dios, su final será exitoso. Pero si no lo están, le aseguro que irá directo al fracaso.
No lo olvide: adentro suyo está el poder para hacer cambios. Los cambios basados en la Palabra de Dios lo llevarán a caminar en la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.
Me gustaría que me dejaran un comentario
¿Que opinas de este articulo? 
¿Cuales son tus inquietudes?
Hasta pronto 
Juan Guillermo Ruiz 

jueves, 23 de diciembre de 2010

Una voz de fe

“Tu, en cambio, predica lo que va de acuerdo con la sana doctrina. A los ancianos, enséñales que sean moderados, respetables, sensatos, e íntegros en la fe, en el amor y en la constancia ”.
Tito 2:1-2
 Usted es la voz de la fe en su hogar; por lo tanto, procure hablar lo que dice la Palabra. Usted es muy influyente en su familia, por más que sea el único cristiano,- por el momento- usted tiene en sus labios el poder de la Palabra de Dios.
No se pliegue a hablar lo que habla el mundo: derrota, fracaso, temor, enfermedad; hable lo que dice Dios. Que su vida sea un ejemplo de fe y amor para los que lo rodean. Ellos verán a Cristo en su vida y verán que el cristianismo no es una religión, sino un estilo de vida que lleva a la victoria en toda situación.
Dios lo ha escogido como canal de bendición. No se desaliente si algunos  lo rechazan o se burlan de lo que usted dice, tranquilo, aproveche esa situación para madurar en la fe, el amor, la paciencia y el dominio propio. No se salga del carril por nada. Así como Jesús enfrentó esas situaciones levantadas por el diablo y venció con la Palabra, de igual manera vencerá usted.
Ponga en práctica la paciencia y fluya en el amor. Que nada cambie su declaración de fe.
Dios los bendiga 
Que pasen una feliz navidad 
en compañía de sus seres queridos 
Juan Guillermo Ruiz 

lunes, 20 de diciembre de 2010

Mariposas o abejas

Sabemos que las abejas vuelan de flor en flor obteniendo néctar y ayudando en la polinización. Las mariposas, en cambio, con su larga lengua pueden probar profundamente el capullo. A menudo somos como las abejas cuando saboreamos la Palabra de Dios en las escrituras: zumbamos alrededor y obtenemos el néctar cerca de la superficie. Tal vez no hayamos estudiado seriamente ni hayamos visto cuán enriquecedor es meditar en la escritura. Por lo tanto, extraemos menos néctar de lo que es posible del jardín de la Palabra de Dios. 

Cuando leemos la Biblia, ¿tratamos de profundizar en ella? ¿O nos sentimos satisfechos con lo que encontramos en la superficie? Podemos quedarnos en la superficie y nunca tocar las verdades profundas de la Palabra de Dios y su significado para nuestras vidas, o podemos profundizar y permitirle a Dios que nos hable según nosotros examinamos las palabras. ¿Eres abeja o mariposa?

Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón porque yo llevo tu nombre, Señor, Dios Todopoderoso. Jeremías 15:16 

La Palabra de Dios es néctar para el alma hambrienta 

Todo lo que ocurre en tu vida... Tiene un Significado Espiritual.



Dios los bendiga 


Les deseo una feliz navidad 


Juan Guillermo Ruiz 

¿Cómo puedo Arreglar todo con Dios?

  🔹 Introducción En la vida, a menudo enfrentamos momentos en los que sentimos que nos hemos alejado de Dios. Tal vez hemos tomado decisio...