Jeremías 18:6
En la Biblia Dios se compara, con respecto a su pueblo, a un alfarero que moldea la arcilla para hacer un vaso. Los creyentes son comparados a piedras vivas que Dios trabaja para colocarlos en el lugar adecuado en el edificio espiritual que él está construyendo. Así, cada hijo de Dios es como un bloque de arcilla o de mármol en la mano del divino creador. Mejor que cualquier artista, el Maestro, entre cuyas manos descansa cada creyente, sabe cómo debe trabajar. Cada persona es una pieza única; el divino escultor conoce la naturaleza de cada uno de sus hijos, y emplea el tiempo y los instrumentos necesarios para llevar a cabo su obra.
Creyentes, estemos seguros de que todas las circunstancias por las cuales pasamos están en las manos del Maestro y son necesarias para que nos parezcamos más a Cristo. Así veremos con otros ojos las cosas que nos suceden.
La buena semilla
http://creerenjesus.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario