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miércoles, 1 de agosto de 2018

La llegada del Todopoderoso

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¿Busca la manera de resolver tus problemas, o buscas a Dios?

Si en nuestra fuerza o en nuestra razón buscamos la solución a nuestros problemas, realmente no tenemos fe y estamos realmente alejados de hacer la voluntad de Dios

Joob 37:14-24  Elihú le pide aquí a Job que  considere cuidadosamente todo lo que ha dicho acerca de Dios. ¿puede Job controlar los cielos como Dios?   ¡ninguno de nosotros lo podemos hacer!. La verdad es que no estamos en la posición de Dios;  por lo tanto, no estamos en la posición de juzgar a Dios ni sus actos en nuestra vida. Para nosotros es fácil pensar qué es lo mejor para nuestra vida después de todo, es mi vida!  Pero Dios es el único que sabe que es lo mejor para nosotros,y él es el único perfectamente amoroso que nos dará la victoria en nuestra vida.

Elihú destaca la majestuosidad del Señor, en esta última sección, ¡lo cual anticipa la aparición emocionante de Dios mismo! ¿Cómo puede ser? ¡El Todopoderoso, inexplicable en su sabiduría, inalcanzable en su poder, viene para hablar con Job!  Ël acude a nosotros en nuestro sufrimiento, en lugar de agobiarnos en su poder ilimitado.  El aparece para salvarnos en lugar de derribar a todos los quejosos y pecadores.  Nuestro Dios es un Dios que se nos acerca;  Él se encuentra con nosotros en nuestra hora de necesidad.  Todo el que experimente el sufrimiento como hijo de Dios,  puede estar seguro que Dios acude ante nosotros con su misma presencia.

viernes, 16 de marzo de 2012

¿Donde esta el problema?

Con frecuencia, le pedimos al Señor que solucione los problemas que hay a nuestro alrededor, cuando en realidad lo que Él quiere es resolver los problemas dentro de nosotros. Yo hice eso por años en cuanto a mi peso. Oré y oré a Dios para que me ayudara a adelgazar. Sin embargo, fracasé muchas veces. Perdí, literalmente, centenares de libras, sólo para aumentarlas de nuevo.

Al fin un día tome una decisión firme. Le dije: "Señor, no daré un paso más hasta que no averigüe qué hacer al respecto". Entonces hice ayuno, me aparté de todas las cosas y me propuse estar atento a lo que Dios tuviera que decirme.

Durante ese ayuno, el Señor me mostró la verdadera causa de mi problema. Me mostró que yo quería perder peso, pero no quería cambiar mis hábitos alimenticios. Yo era como el alcohólico que quiere beber constantemente sin ser afectado por el licor. Quería comer nueve veces al día y seguir pesando 75 kilos.

Entonces, me di cuenta de que Dios no solo quería librarme de las libras de más que tenía, sino también del pecado de la glotonería en mí. Ahí mismo y en ese instante me arrepentí de ese pecado. Ese día comprendí lo difícil que es para un hombre que bebe encarar el hecho de que es alcohólico. Duele admitir tal cosa. Entonces, en lugar de pedirle a Dios que me liberara del problema del peso, le pedí que me libertara de la glotonería. Y, efectivamente, Él lo hizo.

Si sus oraciones no parecen estar cambiando los problemas que hay a su alrededor, quizá sea hora de mirar en su vida. Tal vez sea hora de pedirle al Señor que actúe en el meollo del asunto. Por El pastor Kenneth Copeland
 
 

sábado, 18 de junio de 2011

Hablándole al problema


“Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. de repente, se levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban la barca. pero Jesús estaba dormido los discípulos a despertarlo. Señor gritaron, sálvanos, que nos vamos ahogar!"
Mateo 8:23-25

¿Pensó alguna vez cómo reaccionaría frente a una tormenta en el medio del mar? Creo que cualquier persona que no tiene conocimiento sobre barcos y tormentas se asustaría, y mucho.

En la Palabra de Dios encontramos un ejemplo de esto. Observemos la actitud de Jesús y la de los discípulos.  Jesús está durmiendo y los otros atemorizados.  Ellos miraban el problema con temor, miraban sólo las circunstancias. En cambio, el maestro estaba muy tranquilo, descansaba.

¿No deberían ellos haber mirado la actitud de Jesús e imitarlo? Justamente eso fue lo que no hicieron. Él se levantó y reprendió la tormenta. Pero eso no fue todo: retó a los discípulos porque  no habían tenido fe. La actitud correcta debía haber sido levantarse y enfrentar el problema. Hablarle “al problema” con fe para que se detuviera. Pero no, ellos qué hicieron: despertar al maestro para hablarle “del problema”. 

Tomemos esta enseñanza. Usted tiene que utilizar lo que Dios le ha dado para enfrentar todo aquello que quiere obstaculizar el plan de Dios en su vida.  Deje de hablar de sus problemas y en cambio háblele con fe a sus problemas. Ordéneles, como dice la palabra de Dios, que se muevan de su vida. Tiene que tener una actitud de autoridad.  Tiene que tener una actitud de fe y de alegría.  Tiene que revelar la gloria de Dios. La preparación mental de renovarse con la Palabra va a generar en usted una actitud correcta de tal manera que donde ponga su mano la bendición se va a manifestar. 

No se deje manipular por las circunstancias porque son sólo circunstancias. Pasarán. Pero cuánto demoren en irse depende de qué actitud tome usted frente a ellas. Usted puede mover montañas con su fe. Lo dice la palabra de Dios ¡Creálo!

¿Cómo puedo Arreglar todo con Dios?

  🔹 Introducción En la vida, a menudo enfrentamos momentos en los que sentimos que nos hemos alejado de Dios. Tal vez hemos tomado decisio...