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martes, 26 de mayo de 2015





" Pues la visión se realizará en el tiempo señalado: marcha hacia su cumplimiento y no dejará cumplise. Auque parezca tarde esperarla porque sin falta vendra.   "Habacuc 2:3"

La paciencia no es indiferencia.  La visión de Dios es la fuente de paciencia : Moises se sostuvo, no porque tenia un ideal de justicia y deber, sino porque tuvo una visión de Dios. Un hombre con la visión de Dios no esta consagrado a una causa o a un fin particular, está consagrado a Dios mism.  Siempre se sabe cuando la visión es cde Dios a caiusa de la inspiración que la acompaña.

http://creerenjesus.blogspot.com/

martes, 30 de agosto de 2011

Un retraso no es un fracaso

Nunca vea un retraso como un fracaso, así como nunca debepensar que porque ha orado y el Señor no ha respondido, Él le ha dado un “no” rotundo. El “no” puede ser un “no” temporal, no permanente. Cuando Moisés clamó a Dios para que sanara de lepra a Miriam, el Señor inmediatamente dijo que no: no por el momento, pero ella fue sanada siete días después con el fin de seguir el patrón de la ley y enseñarle a la boquifresca hermana del profeta Moisés que evitara hacer comentarios imprudentes (consulte números 12).

¡Algunos retrasos son en realidad temporadas de preparación para sacar lo que no sirve de nosotros y para que el Señor pueda poner en nosotros su dirección! No siempre estamos listos para llevar a cabo la voluntad de Dios aunque creamos estarlo. Uno de los peligros más grandes en el ministerio es cuando un ministro, o incluso una iglesia, cree que ya lo ha alcanzado y que tiene todas las respuestas. Mientras el fruto que se encuentre en un árbol esté verde, crecerá, pero si continúa

colgado después de madurar, finalmente se pudrirá. Si nosotros mantenemos un espíritu enseñable en el proceso de movernos hacia el favor de Dios, siempre aprenderemos y pasaremos al siguiente nivel de la revelación del Reino de Dios. Si llegamos a pensar que ya lo hemos alcanzado, podemos estancarnos.

Cuando nació el hijo ilegítimo de Betsabé y David, se enfermó. David pasó los siguientes siete días con el rostro postrado en intercesión, pidiéndole a Dios que sanara al niño. El niño murió después de siete días. Dios no sanó al niño, pero aquí no termina la historia. Betsabé tuvo un segundo hijo de David, quien fue llamado Salomón, que significa “apacible” y “amado del Señor” (2 Samuel 12:24). La tristeza por la temprana muerte de un hijo fue reemplazada por el gozo del nacimiento de otro hijo. ¡Salomón se convertiría en el hombre más sabio de la Biblia y quien edificó el templo más magnífico en la historia de Israel!

No todos los caminos son rectos. Habrá baches, obstáculos y desviaciones en el viaje. Y esto se debe a que usted debe lidiar con gente mientras persigue su sueño. Siempre recuerde que la gente nunca comprende lo que usted siente de la misma manera que usted. Cuando nuestro ministerio comenzó a crecer y contraté a muchas personas maravillosas, me llevó años darme cuenta de que no sentirían la carga por el bebé (el ministerio) que yo di a luz y cuidé, de la misma manera que yo.

Una niñera puede amar al niño que cuida, pero una vez que sale de la casa, su carga o responsabilidad se termina, hasta la siguiente vez que regresa a la casa del niño. Cuando era ministro adolescente asistí a varias reuniones de ministros muchos pastores y evangelistas maravillosos de la misma denominación. Muchas veces al regresar de las largas reuniones de avivamiento (de cuatro a once semanas en una iglesia donde cientos se convertían a Cristo). Entraba al salón como un torbellino, emocionado por la bendición del Señor y los resultados espirituales. ¡Imagínese una reunión de avivamiento que había durado once semanas con más de quinientos convertidos! La mayor parte del tiempo no podía dejar de contar lo que había sucedido y la respuesta que recibía era una sonrisa y una mirada que decía: “Que bueno, vamos a hablar de otra cosa”. Parecía que los demás hermanos no estaban tan emocionados, y en realidad no lo estaban. ¡Se hubieran emocionado más si la reunión de avivamiento hubiera sido en su iglesia y no en la de alguien más!

Sucederán rápidamente:

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar
a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Apocalipsis 1:1

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el
Señor, Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado
su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben
suceder pronto. Apocalipsis 22:6

En ambos versículos la palabra “pronto” no quiere decir que sucederán en un futuro cercano (o poco tiempo después de la muerte de Juan). Ambas palabras griegas significan “rápidamente, velozmente, con rapidez”. Cristo estaba indicando que cuando venga el tiempo, estos acontecimientos comenzarán a sucederse rápidamente, uno después de otro.

Un retraso en un sueño o visión hará que la persona ejercite la paciencia al esperar que suceda el acontecimiento. En la Biblia, la fe y la paciencia son dos poderes gemelos que evitan que el espíritu del creyente se agote y se debilite mientras esperamos que la oración sea respondida o suceda lo que esperamos.

Como está escrito:

Deseamos, sin embargo, que cada uno de ustedes siga mostrando ese mismo empeño 
hasta la realización y completa de su esperanza. no sean perezosos; mas bien, imiten a 
a quienes por su fe  y paciencia heredan las promesas. Hebreos 6:11–12

Asi no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. 
Ustedes necesitan perseverar para que después de haber cumplido la voluntad 
de Dios, reciban lo que él ha prometido  Hebreos 10:35–36
Recuerde que un retraso no es un fracaso. Ser paciente (tener mucha resistencia) 
es parte de caminar en fe. Al final sucederá lo que Dios le ha revelado; 
lo cual normalmente sucede muy rápido

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Paciencia no orgullo

Gálatas 6:1-3 Hermanos si alguien es sorprendido en pecado,  ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno,  porque también puede ser tentado. Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo. Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo    

La lectura de este pasaje me recuerda que si bien la mala conducta debe ser confrontada en forma amorosa, también habrá ocasiones en que tenga que soportar las fallas de algunas personas conflictivas.
La humildad nos permite ser pacientes con los errores de los demás. Mientras caminamos en amor y oramos por las personas, Dios obrará y tratará con sus fallas. Cosechamos lo que sembramos: Si sembramos misericordia, cuando la necesitemos, cosecharemos misericordia. Aún cuando en ocasiones se nos haga difícil soportar las debilidades de los demás, la Palabra de Dios nos fortalece y nos capacita para hacer la voluntad de Dios.

Cuando se encuentre tentado a ser orgulloso, estudie o medite en la Palabra, pídale al Espíritu Santo que haga a través de usted lo que no puede lograr con simple fuerza de voluntad. Recuerde, el orgullo es un pecado, y es el culpable que se esconde detrás de las relaciones rotas. Las señales del orgullo incluyen falta de voluntad para admitir fallas o renuencia a asumir la responsabilidad por las propias acciones. El orgullo siempre quiere hablar, pero nunca quiere escuchar. El orgullo no hace las paces. El orgullo es testarudo; no quiere ser instruído, quiere instruir a los demás.

El orgullo fue el pecado de Lucifer; ¡dijo que se levantaría a sí mismo y a su trono por encima de Dios! Por lo tanto, vemos que esa clase de orgullo se manifiesta cuando una persona se tiene en más alta estima que los demás, pero Dios dice que todos somos iguales ante sus ojos. Lucifer, por supuesto, nunca ha sido igual a Dios, pero en lo que respecta a relaciones humanas, ninguna persona es mejor que otra. Recuerde eso, y estará bien encaminado para poder evitar el orgullo. No se engañe creyendo que el orgullo lo llevará a donde quiere ir. Más bien, permita que la verdad de Gálatas 6: 1-3 descienda profundamente en su corazón y lo cambie de adentro hacia afuera.

Me gustaría que me dejaras un comentario 
¿que opinas de este artículo?
¿Cuales son tus inquietudes?

Hasta la próxima 

Juan Guillermo Ruiz 



viernes, 24 de septiembre de 2010

La Paciencia una cualidad

Según la Palabra de Dios, nuestra vida se debe caracterizar por la paciencia, porque es importante para desarrollar el carácter maduro y estable que el Señor desea que se produzca en Su pueblo. “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor” (1 Corintios 13:4-5).

La paciencia es la capacidad de absorber problemas y tensiones sin quejarse, y no verse afectado por los obstáculos, los retrasos y los fracasos.

Dios permite que tengamos dificultades, inconvenientes e incluso sufrimientos, con un fin específico: nos ayudan a desarrollar la actitud apropiada para que crezca nuestra paciencia.

Cuando el cristiano ve que esas pruebas se resuelven en su provecho, permitiéndole alcanzar resultados convenientes y de refuerzo para su carácter, se prepara el escenario para el desarrollo de un espíritu paciente.

A continuación, el Espíritu Santo de Dios podrá desarrollar el fruto de la paciencia en su vida. “Pero el fruto del Espíritu es amor, alegria, paz, paciencia…” (Gálatas 5:22).

Sobre la falta de paciencia que caracteriza a nuestra generación, Billy Graham comentó lo que sigue: “Esta es una época altiva, neurótica y llena de impaciencia.

Nos apresuramos cuando no hay necesidad – sólo por apresurarnos. Esta época acelerada ha producido más problemas y menos moralidad que las generaciones anteriores, y nos ha provocado males nerviosos.

La impaciencia ha producido una secuela de hogares destruidos, úlceras, etc., y ha preparado la escena para más guerras mundiales”.

Un poco de introspección y análisis de la impaciencia por nuestra parte puede ser conveniente y útil. ¿Qué me hace ser impaciente? 

¿Soy inmaduro? ¿Soy quisquilloso?
“Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y el mal” (Hebreos 5:14).

¿Soy egoísta, legalista o exigente? ¿Soy capaz de dejar margen para las equivocaciones y las imperfecciones de los demás, recordando que Dios está actuando también sobre ellos?

“…Que seas  pacientes para con todos. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos” (1 Tesalonicenses 5:14-15). 

¿Me irrito con facilidad “porque alguien se está saliendo con la suya”?
“No te impacientes a causa de los malignos” (Salmo 37:1)

¿Soy envidioso o celoso?
“Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones. Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados” (Santiago 5:8-9). 

¿Soy materialista? ¿Estoy dominado por el espíritu de este mundo?
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba…” (Colosenses 3:1)

¿He superado realmente la “mentalidad secular”?
“…pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación” (Filipenses 4:11) 

¿Estoy siendo insensible a los esfuerzos de Dios para ocuparse de mí, permitiendo que sufra circunstancias adversas, irritaciones y tensiones, con el fin de que, por medio de Su gracia, aprenda a trascender el yo y a crecer en amor y estatura espiritual?                    

¿Cómo puedo Arreglar todo con Dios?

  🔹 Introducción En la vida, a menudo enfrentamos momentos en los que sentimos que nos hemos alejado de Dios. Tal vez hemos tomado decisio...