lunes, 23 de septiembre de 2013

La Paz que Dios te da...........



"Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes -afirma el Señor-, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza". Jeremías 29:11

El mundo nos ofrece una paz basada en las cosas que tenemos, en los logros alcanzados, en la estabilidad económica, en las personas que nos rodean pero el problema de esto es que cuando perdemos lo que tenemos, o no alcanzamos ciertas metas o cuando nuestra economía se viene a pique esa paz que nos ofrece el mundo se esfuma.

"Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho. La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden". Juan 14:26-27 (NVI)

La paz que Nuestro Dios nos ofrece va más allá de las circunstancias presentes, del dinero, de las personas que nos rodean o de lo que podemos tener. Por eso Dios nos dice: "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo". Juan 16:33


 ¿qué debes hacer para tener paz? Confiar en Dios.

Mira lo que dice Salmos 37.3-6 y 23-25 (Nueva Versión Internacional)

"Confía en el Señor y haz el bien;
Establécete en la tierra y mantente fiel.
Deléitate en el Señor,
y él te concederá los deseos de tu corazón
.

Encomienda al Señor tu camino;
Confía en él, y él actuará.

Hará que tu justicia resplandezca como el alba;
tu justa causa, como el sol de mediodía.

El Señor afirma los pasos del hombre
cuando le agrada su modo de vivir;
podrá tropezar, pero no caerá,
porque el Señor lo sostiene de la mano". 


Así que en este día confía en Dios, y recuerda que estás en Sus manos! No hay nada que escape de Su poder.



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sábado, 31 de agosto de 2013

HUSTO LO QUE NECESITAS




Hoy quiero animarte a atender las necesidades de alguien más, lo cual no solo será beneficioso para aquella persona a la que sirvas sino también para ti, ya que está comprobado que cuanto más nos centramos en nuestros propios problemas estos se hacen más grandes  y peor nos sentimos.

La clave es entregar a Dios nuestras preocupaciones y enfocarnos en aliviar la carga de aquellos que nos rodean.  

"Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo." Salmos 55:22 (Reina-Valera 1960)

Jesús dijo: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga." Mateo 11.28-30 (RV 1960)

Para poder aliviar la carga de alguien más debemos tener muy en cuenta lo que Jesús nos dijo: Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón.

Marcos 10.43-45 nos ensena "El que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos. Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos." (NVI)

Toma hoy la decisión de ser un siervo asi como lo fue Jesus. http://creerenjesus.blogspot.com

lunes, 24 de junio de 2013

Dios No Olvida


Cada oración que hemos elevado, cada vez que nos hemos sometido a la autoridad cuando queríamos rebelarnos, cada ocasión en que confesamos la Palabra de Dios cuando nuestras emociones nos gritaban que dijéramos cosas negativas: cada acto de obediencia está registrado y será recompensado. Cada vez que asumimos nuestra posición de fe, adoración, y nos mantuvimos confesando lo bueno, cada vez que ofrecimos a Dios sacrificio de alabanza, Dios lo recuerda. Él no olvida las cosas que hemos hecho bien. Las tiene registradas en su libro de hechos memorables, como leemos en Hebreos 6:10: “Porque Dios no es injusto como para olvidarse de las obras y el amor que, para su gloria, ustedes han mostrado sirviendo a los santos, como lo siguen haciendo”.

Mardoqueo había hecho algunas buenas obras, pero sin hacer mucho ruido al respecto. Las había hecho en secreto, como para el Señor. La Palabra enseña que cuando hacemos buenas obras, no debemos dejar que nuestra mano izquierda sepa lo que hace la derecha (Mateo 6:3,4). Esto significa que deberíamos hacer lo que sentimos que Dios nos está guiando a hacer, hacerlo para su gloria, y luego olvidarlo y seguir con nuestros asuntos. No significa darnos una palmadita en la espalda o decir a los demás lo que hemos hecho, sino simplemente saber que nuestra recompensa vendrá de Dios a su debido tiempo. En el momento exacto de Dios, Él recompensó a Mardoqueo (vea Ester 6:1.3), y puede estar seguro de que hará lo mismo con usted.

jueves, 14 de marzo de 2013

! He sido bendecido¡

Gálatas 3: 14- Para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
Me siento bendecido pues mis pecados han sido perdonados y cubiertos por el Señor, a quien sirvo. Soy bendecido ya que lo he buscado de todo corazón.
De su abundancia he recibido una gracia tras otra, bendición espiritual sobre bendición espiritual, favor sobre favor y regalo tras regalo. Voy a recibir lluvias de bendiciones del Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Porque creo en Cristo, tengo la bendición de Abraham y a través de la fe recibo la promesa del Espíritu Santo. Soy bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales.

Porque he recibido a Jesucristo en mi corazón y en mi vida, la bendición prometida a Abraham ha venido sobre mí. Él bendice el fruto de mi cuerpo, el fruto de mi tierra, y todo lo que Él ha provisto para mi. Mientras guarde yo sus mandamientos, las bendiciones de Dios me alcanzarán y estoy bendecido en la ciudad, en el campo, bendecido es el fruto de mi cuerpo, el fruto de mi tierra y el fruto de mi ganado. Estoy bendecido en mi cesta y mi bodega estará llena. Soy bendecido en mis entradas y mis salidas. El Señor bendecirá todo lo que hago. Cuando hago todo lo que el Señor me manda, soy puesto como cabeza, y no como cola. Dios me bendice en la manera en la que el reparte su cosecha, y yo, y toda la tierra, reverentemente le tememos.
 

lunes, 7 de enero de 2013

Decida qué tipo de ayuno desea hacer,Así que usted puede comer: frutas, vegetales, granos y fibra.
- No haga un ayuno total de alimentos si usted no está acostumbrado a esta práctica y sin supervisión médica.
- Recuerde que no es una competencia. Es un acuerdo personal para buscar de Dios.
- Recuerde también que el ayuno no le “tuerce el brazo a Dios” ni le hace merecer el favor de Dios.

Dios ya lo dio todo en la cruz del calvario a través de su hijo Jesucristo. Mas bien, a través del ayuno buscamos alinearnos nosotros a su voluntad.

'Es muy común escuchar la pregunta: ¿qué hace el ayuno por mi? y la respuesta es muy simple: ayuno,  oración, alabanza y Palabra  te acerca más a Dios. Puede ser simple la respuesta pero no simplista.
El ayuno no es un requerimiento u obligación, es una elección. Cuando usted elige apartar un tiempo en ayuno y oración para buscar a Dios, usted elige romper la rutina de su vida con el fin de acercarse a Dios.
El ayuno es un período corto que trae recompensas a largo plazo. Es como el tiempo que tomas para afilar el hacha antes de cortar el árbol.'
¡Anímate a empezar el año poniendo a Dios en primer lugar y a ver como obra poderosamente!


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miércoles, 26 de diciembre de 2012

El corazón que agrada a Dios

El crecimiento espiritual es una decisión.
La decisión de agradar a Dios es la mejor de todas, puesto que conduce a tomar muchas otras para el propio bienestar y el de quienes nos rodean. El hecho de no conformarse con lo que hemos alcanzado espiritualmente hasta este punto e ir por más, es también una grandiosa elección.

En 2 Pedro 3:18 el apóstol nos motiva a no detener nuestra marcha, sino a seguir creciendo en el conocimiento y en la gracia que nos ha enseñado Jesús. El avance y la comunión con Dios no se dan simplemente por estar en el lugar indicado, sino que es una consecuencia de darle lugar todos los días. El Señor te tiene en cuenta y sus ojos están sobre ti! Aunque vivamos en un mundo que pretende dejar a Dios de lado, si buscamos cada día más de su presencia, entonces cosecharemos bendición en abundancia!

Así como la Palabra declara en Filipenses 1:6, la obra que Cristo ha comenzado contigo, la seguirá perfeccionando hasta el fin de los tiempos!


Sin embargo, esto no es para esperar a mañana, sino que comienza con tu decisión de hoy. En Éxodo 8:8-10 vemos el relato donde el Faraón, en medio de una plaga caótica de ranas, llamó a Moisés para que lo ayudara. Y cuando el patriarca le preguntó cuando quería ser libre de tal problema, el Faraón eligió sufrir una noche más. Difícil de comprender, ¿no? Sin embargo, hoy también tú tienes la opción de elegir por el cambio, o bien, postergar la bendición. No permitas que el dolor siga estando, toma tu decisión y permite que el Espíritu Santo obre hoy en tu vida.

Las buenas decisiones siempre ponen a Dios en primer lugar

Así también ocurrió en el caso del joven rico en Lucas 18:18-23. En esta situación, él quería agradar al Señor pero no deseaba amarlo en primer lugar, sino luego de sus riquezas. Lo material tenía la prioridad en su corazón. ¿Hay cosas en tu corazón que amas más que a Dios? Hoy es el tiempo de consagrarle todo y realmente amarlo con toda nuestra vida.

En Lucas 9:53-56 vemos una situación donde los discípulos más cercanos de Jesús se enojaron frente al rechazo de unos pobladores. El Señor, en lugar de buscar venganza y reclamar respeto, decidió perdonar y recordar cuál es la prioridad para Dios: el amor al projimo

Si alguien te cierra la puerta y te lastima, no detengas tu camino por buscar venganza, sino sigue adelante porque ¡muchas otras puertas de mayor bendición son las que se están por abrir!

La decisión de tener un buen corazón

Más allá de las presiones y la actitud de la gente, Dios espera que cuides tu corazón. Aunque vivimos en una cultura donde la apariencia es lo predominante para aceptar a una persona, para Dios la prioridad está en el interior.

El Rey Saúl, el primero de Israel, fue elegido por su gran estatura y su apariencia de gran guerrero y monarca. Todos lo admiraban, no obstante tenía un corazón sumamente envidioso, competitivo e inseguro. Es más, frente a la presión, eligió descartar a Dios y oficiar de sacerdote para que el pueblo no se enojara. Fue así como el Señor, lo descartó a él y lo eligió a David en su lugar. En 1 Samuel 16:12, aunque su propia familia lo había despreciado, Dios vio su buen corazón (Hechos 13:22). El Señor no se fija en lo externo y en lo que cautiva al mundo, sino que ve la integridad y las intenciones más profundas.

Por sobre todas las cosas, David amaba a Dios y a su Palabra. Era un adorador constante y muchos de los salmos forman parte de su autoría. Él no dependía del favor del pueblo sino que se desesperaba por el amor de Dios. Esto luego, es lo que lo llevó a ser el monarca más amado de Israel.

Por tanto, busquemos hoy agradar a Dios primero y luego veremos que tendremos más amor para darle a las personas. Si hemos cometido errores por enojos o malas decisiones, es tiempo de rendir cuentas y volverse a nuestro Señor. Si estás dispuesto a tomar hoy la decisión de tener un buen corazón, entonces verás que el Espíritu Santo es quien te ayuda a lograrlo. Así como David, que sin ser perfecto, agradaba a Dios con sus actitudes, así también podemos alcanzar su misericordia a través de la fe y la sumisión a su Palabra. Este es sin duda, el corazón que agrada a Dios!.
 

lunes, 8 de octubre de 2012

Ama a tu prójimo

Los mandamientos no siempre inician con un “no”, como no matarás, no robarás y no dirás falsos testimonios. Algunos mandamientos son afirmaciones sobre lo que debemos hacer como honrar a los padres y santificar el día del Señor. Especialmente el mandamiento del amor, el que Jesús reconoció como el más importante, es una afirmación. Se dice que amar es un sentimiento o una emoción, pero la Biblia dice que es un mandato. No es una opción, es un estilo de vida.
Debemos amar con todo nuestro ser. Decimos que debemos amar a Dios por sobre todas las cosas, pero lo que Jesús dijo es que debemos amarlo con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas. Hay que amarlo con todo lo que somos, esa es la verdadera enseñanza, porque no es lo mismo amarlo sobre todo, que con todo, lo que implica un compromiso mayor porque significa que todo lo que somos y tenemos le pertenece a Él.
Además, Jesús dijo que debíamos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos1. Esto significa que amarnos también es un mandato, porque no podemos amar a otros si nos despreciamos. Alguien que no se ama tiene su corazón vacío y lastimado. Si no te amas, nadie podrá amarte, porque tú mismo provocarás rechazo con tu actitud.  Ámate, anímate, mírate al espejo y di palabras de afirmación. La gente que necesita desesperadamente que alguien los ame, se sienten solos porque no han aprendido a amarse. El mundo entero podría odiarte, pero si tú te amas, tienes suficiente amor para dar a los demás. Si realmente te amas, no te haces daño, te alejas del dolor y frustración que provoca el enojo y el resentimiento. Quien se ama, perdona a quien le ofende, porque la falta de perdón hace daño, por el contrario, el perdón edifica y reconforta el corazón de quien lo otorga. Jesús dijo: “Por amor a mi, te perdono”, porque no podría decir que nos ama si no se amara a sí mismo. Esto no es una afirmación egoísta, por el contrario, es una forma de confirmar que amar es un mandato y que inicia con el amor que debemos expresarnos como hijos de Dios.  
El amor que sientes por tu persona es evidente. Cuando te amas, buscas verte y comportarte bien, te preocupas por tu presentación y por provocar buena impresión con tus actitudes. Cuando te aprecias y reconoces tu valor, no te entregas a cualquiera
que te diga palabras bonitas, no permites que te humillen, te deshonren o te manipulen, porque sabes que eres digno de lo mejor. Y con esa actitud es fácil compartir el mismo amor y respeto a los demás, porque buscarás dar a otros lo que quieres recibir.

Dios dijo que hiciéramos a otros lo que nos gustaría que nos hicieran. Otros lo dicen al revés, en negativo: “No hagas lo que no quieres que te hagan”, pero es mejor plantearlo de forma positiva, como el Señor lo dice, porque buscamos ver y hacer lo bueno, en vez de ponerle atención a lo malo. En tu matrimonio, asume las actitudes que te gustaría ver en tu pareja. Si quieres que sea más cariñoso y detallista, si deseas que se enoje menos y confíe más, comienza tú a vivir esas cualidades. Haz lo que quieres que te hagan. Si quieres que entre a la casa diciendo: “¡Hola mi amor! ¿Dónde está mi princesa?” Recíbelo con esos halagos: “¡Hola mi amor, bienvenido, mi campeón, el príncipe de este hogar!” Si quieres que te hablen con dulzura, hazlo tú primero. Moldea lo que quieres recibir porque con esa medida serás medido.
Jesús dijo: “Amen a sus enemigos”. En tu vida son necesarios los amigos y los enemigos. Necesitamos a quienes nos forman, ya sea con cariño o con dureza, a quienes nos dan palabras de ánimo o aquellos que nos quebrantan. Una de las razones por la cuales tenemos enemigos es para probar que tenemos la capacidad de amar. Los enemigos son una prueba. Ama a quien habla mal de ti, y devuelve bien por mal. Hay cuatro cosas que debes hacer por tu enemigo: amarlo, bendecirlo, obrar bien y orar por él. Al hacerlo, demostramos que somos hijos del Padre.
Amar a tus amigos no es extraordinario, pero cuando amas a tus enemigos demuestras tu verdadero valor. Joven, ¿dejarás de saludar a esa jovencita que ya no es tu novia, a quien decías amar? Los hombres y mujeres divorciados, ¿hablarán mal de esa persona a quien un día, ante el altar, juraron amor eterno? Ex socios, ¿hablarán mal de quienes un día estrecharon sus manos con las tuyas en busca de un sueño? Sin importar la razón de la ruptura de una relación, debemos perdonar y amar, incluso a quienes alguna vez nos engañaron y lastimaron.

¿Quiénes son tus enemigos? ¿Quiénes son las personas que han obrado en contra tuya o te han ofendido? Piensa en ellos, libera tu corazón del rencor y ora por sus vidas, llamándolos por su nombre: “Señor, lo bendigo y le deseo todo el bien que pueda recibir”. Procura la oportunidad de hacer algo bueno por ellos. Que tu boca no diga: “Aquel es quien más daño me ha hecho”, ahora proclama: “Aquel es a quien más bien le haré”.  Dale gracias al Señor por Su amor y por la oportunidad que te otorga para imitarlo.  Mateo 22:36-40 http://creerenjesus.blogspot.com 

¿Cómo puedo Arreglar todo con Dios?

  🔹 Introducción En la vida, a menudo enfrentamos momentos en los que sentimos que nos hemos alejado de Dios. Tal vez hemos tomado decisio...