Dios es invisible a nuestros ojos naturales, pero se hace
perfectamente visible por medio de las cosas que nos suceden. Conocerás
nuevas manifestaciones del Señor, podrás verlo en toda situación,
consolando, dándote fuerzas, llevándote a la libertad y entendimiento.
1 Tim. 1:17 “Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al
único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos.
Amén”. Dios es invisible a nuestros ojos naturales, y muchas veces ésto
es un detonador para dudar o ser incrédulos de su presencia. Pensamos
que no está, o que no hace nada, puede que en ocasiones creemos que
existe, pero a su vez tenemos el sentimiento de que nada está
funcionando, como que no tiene sentido orar, creer o tener fe. Ésto es
absolutamente normal, porque estamos luchando con nuestra mente carnal
que se resiste a la fe, no entiende nada de cosas espirituales y en sí
misma no puede producir la verdadera fe que proviene de nuestro
espíritu. Dios se encarga de mostrarnos su poder de muchas formas, por
medio de milagros, testimonios, por el poder de su palabra, y por
experiencias que vamos teniendo. Así abrimos el corazón y él puede
impartirnos su presencia, así renace la esperanza, se reaviva nuestro
espíritu, la fe se hace real. Aunque no comprendamos cómo Dios actúa,
tenemos que estar tranquilos, descansando, decidiendo creer, no haciendo
caso a nuestra naturaleza pecaminosa, porque Dios está, es el Rey de
los siglos, inmortal, invisible. Solo confía, Él te guía a cada paso. "AVANZA POR MAS"