Hay 5 obstáculos que te impiden alcanzar el éxito:
1. Un espíritu
no enseñable: reposa
en una persona
que no quiere
cambiar. La ignorancia trae destrucción; si usted no
conoce, no va a poder cambiar ni triunfar y los más seguros es que seas destruido. Sale más cara la
ignorancia que el alto precio del conocimiento. Los negocios
más exitosos son
aquellos que siempre
están renovándose, actualizándose y siempre están
informados. Si le
vas a consultar
a alguien que
esa persona te
lleve delantera, no que esté
detrás de ti. Una de las razones por la cuales no creces es porque te rehúsas al cambio.
Proverbios 1:5
Si el sabio
aumenta el saber
y el entendido
adquiere consejo, ¿quién
eres tú para
no aumentarlo? Por
lo menos hazte
sabio y entendido
y luego, preocúpate
por incrementar tus conocimientos.
Proverbios 2:3
Hay dos fuentes
de conocimiento: la
sabiduría, que es aprender de
los errores de los
demás;
y la experiencia, que
es aprender de
tus errores. Escoge
aprender de la sabiduría antes que por experiencia. Jesús les dijo a
sus discípulos “¿acaso no leéis?”, y Apocalipsis dice que el que no lea no entienda.
2. Una promesa no
cumplida o un
voto no pagado:
Eclesiastés 5:4 dice
“…cumple lo que prometes”. Una de
las razones por las cuales las personas fracasan en su vida, es que no se hacen responsables de lo que prometen a Dios. No
hay nada más mortífero que olvidar un voto o
una promesa, ya
sea hecha a
Dios o a
los hombres. Esto
demuestra integridad y honestidad.
Si tu violas la integridad de tus palabras vas a pensar que Dios es incumplido como tú; esto destruirá tu fe y quizá, tu
milagro que tal vez venía en camino.
Salmo 15:4
Sea un voto, promesa o una deuda… ¡cúmplelos! La Biblia dice
que no debemos tener
deudas con nadie. Apresúrate y toma responsabilidad por
todos los votos y promesas que has hecho
y Dios va a honrar eso; incluso, vas a dormir mejor. Los milagros diariamente
en la vida del obediente.
3. Una ofensa no
perdonada: Marcos 11:25 dice “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo
contra alguno, para
que también vuestro
Padre que está
en los cielos
os perdone a vosotros
vuestras ofensas”. El perdón no es una sugerencia, es un requisito para que
Dios conteste tu
oración. Cuando perdonas
permites que Dios
tenga el derecho
de juzgar y penalizar a
aquella persona que
te hizo daño. Al vengarte,
usurpas el lugar
de Dios y la autoridad
que solo a
Él le corresponde.
Al perdonar evitas
que el dolor
se convierta en rencor y
amargura. Ora por quienes te
han hecho daño; si has
recibido misericordia, ternura y amor, extiéndelo también.
4. Una asociación
no deseada: Proverbios
13:20 y 1a.Corintios
15:33 nos enseñan
cuán importante es
con quién te
asocias. Desconéctate de
toda persona no
calificada y que abusa
y mal usa en tu vida. Jesús solo le invirtió tiempo a quienes le ministraban o
servían y a
quienes recibieron Su
Ministerio. Cuando alguien no
valora tu tiempo, no
valorará tu sabiduría. Hay 4
características de una persona con la cual no debes asociarte:
Son más críticos
que animadores.
Tiene en poco o se
ríe de las metas que Dios te ha dado.
Se siente
avergonzado de ti y te humilla.
Drena tu energía y
hace perder tu tiempo por conversaciones tontas.
Pero también hay 4 características de una persona con quien
debes asociarte:
Edifica tu fe y tu
confianza.
Valora los sueños y
las metas que Dios te ha dado.
Es entusiasta y se
alegra con tu presencia; te celebra.
Recuerda siempre que
eres especial y reconoce tus donde y habilidades.
Tú escoges el
nivel de mentalidad
que quieres. Asóciate
bien y obtén
un nivel alto
de mentalidad.
5. Una lengua suelta: Proverbios 18:6-7 dice “los labios del
necio traen contienda y su boca los
azotes llama. La boca del necio es quebrantamiento para sí, y sus labios son
lazos para su alma”. Las palabras son
fuerzas poderosas, te hacen o te deshacen, ascienden o abaten, destruyen o edifican. Las palabras son las
herramientas que Dios nos ha dado para edificar nuestra
mente y espíritu.
Tu cuerpo responde
al sonido y
tu espíritu responde
a las palabras.
Las palabras proveen imágenes a
nuestra vida de cosas
que queremos. Cuando escuchas
algo, piensas; al
pensar, sientes. Lo
que sientes, lo
haces y lo
que haces, se convierte
en un hábito.
La gente feliz
siempre tiende a
intimidar al que
no lo es; el ganador
intimida al perdedor pero aun así, atrévete a ser feliz. Comienza a
acondicionar tu mente para vivir tus éxitos; los ganadores nunca recuerdan las derrotas, solo
las victorias.
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